Biovigilancia medioambiental

En primer lugar, hay que saber que las abejas mueren todos los días porque todos los días nacen abejas. El problema es cuando la colonia se colapsa, es decir, cuando muere toda la colmena. Hay varias causas posibles: falta de nutrición, problemas con la reina (que deja de poner huevos, por ejemplo), envenenamiento, enfermedad, etc. Monitorizando la colmena con los sensores BeeGuard, podemos analizar las características de este colapso, si se produce, y determinar así el momento y la causa del despoblamiento de las abejas. Si se trata de un problema sanitario, el medio ambiente no tiene la culpa directa. En cambio, si un día el 60% de las recolectoras no regresan, es evidente que las abejas han sufrido un defecto externo que se puede datar. Si la colonia muere tras 6 meses de escasez de alimento, podemos considerar que el estrés alimentario ha contribuido a esta situación. A partir de estas observaciones objetivas, es mucho más fácil poner en marcha acciones para compensar, reducir o evitar el problema. Por ejemplo, plantar cubiertas vegetales que florezcan durante el periodo de déficit para compensar el déficit estructural del entorno. Póngase en contacto con nosotros para hablar de ello.

El "lavado verde" es, en general, la práctica de comunicar en exceso, normalmente con cierto toque de marketing, el compromiso de una empresa con el medio ambiente, pero sin hacer realmente nada al respecto. La mejor forma de diferenciarse del lavado verde es actuar. El enfoque de la biovigilancia de las abejas se basa en la ciencia: la abeja no es una imagen bonita, sino un insecto vivo que utilizamos como bioindicador. El resultado son medidas concretas, comparables y localizadas que pueden situarse en relación con las acciones emprendidas. Las medidas son la mejor manera de distinguirnos del greenwashing. Y eso no significa que no se pueda hacer una foto bonita. Póngase en contacto con nosotros para más información.